viernes, 13 de agosto de 2010

De compras con mi concuñis....

Antes que nada y primero que todo...debo decir que con mi familia política he tenido una suerte bárbara. Mi suegra tiene sus detallillos (qué suegra no los tiene) pero en resumen es muy buena conmigo, mi cuñado es muy simpático y muy amable, y su esposa, o sea mi concuñis dice que yo soy como la hermana que nunca tuvo -mejor que ni les pregunte a mis hermanos que tan buena hermana soy-.Todos son alemanes de hueso colorado. El único que es casi casi más mexicano que alemán es mi amorcito corazón, que ama y adora todo lo que tenga que ver con México, pero principalmente la comida y por supuesto a mí - en ese orden-.

Y pues resulta que de unos meses para acá, he adoptado la sana costumbre de ver a mi concuñis en el centro una o dos veces por mes, para comer juntas e irnos de compras. Hoy viernes fué uno de esos días. Siempre se nos pasa la tarde volando, hablamos hasta por los codos en inglés, porque yo alemán solo en caso de emergencia y ella tiene un español medio básico; asi sirve que las dos desempolvamos un poco nuestros anglicismos. Lo único malo es que con ella no puedo presumir zapatos de tacón, porque como buena alemana ella es de caminar, caminar, caminar y caminar toooooooda la tarde. Yo acabo con los pies hechos polvo aunque traiga zapatos planos. Nos metemos a las tiendas carotototas para agarrar inspiración, y luego nos vamos a las ofertas para agarrar algo mas tangible, como ropa, zapatos y bolsas....Y como por estos días se acaban las ofertas de fin de temporada, pues mi cuñis no podía dejar pasar la oportunidad de repasarse por enésima vez todas las tiendas del Europa Passage y alrededores, y bueno, yo cómo puedo dejarla sola, claro que la acompaño aunque nomás vea (si, claro).

Hoy de verdad estuve a punto de conseguir mi tan ansiada meta de no comprar absolutamente nada, por un pelito de rana calva, pero caí en la tentación con unos zapatos en Karstadt, ya casi para irnos, ¡Chin!...es que estaban mega baratos y mega bonitos, muy veraniegos ellos. Claro, con el clima voy a alcanzar a ponérmelos media vez antes de tener que enfundarme en mis botas todo terreno por los próximos ocho meses en los que cuando no llueve, cae nieve, pero no importa: lo importante de los zapatos es tenerlos, no usarlos,  digo yo. Por cierto, tengo que comprarme unas botas porque todas las que tengo son mínimo del año pasado...Definitivamente mi concuñis es muy mala influencia....

Y para cerrar mi tarde con broche de oro, llegué a la casa ya obscureciendo, preocupadona porque le prometí a mi amorcito corazón prepararle una nueva receta de camarones al horno con cilantro, que ví en mi enciclopedia de cocina mexicana. Me lo imaginé ahi sentadito viendo tele, esperándome con cara de perrito de mercado, con las tripas gruñéndole a todo lo que daban...pero no, resulta que ya me tenía listos unos ricos tacos de pollo con cebolla, salsita y cilantro (se acabó el cilantro que era para los camarones el muy desconsiderado) .Le quedaron buenísimos, casi casi como de puesto; nada más le faltó ponerle copia a las tortillas para que no se desfondaran...pero no importa, me supieron a gloria, y también me cayó de perlas no tener que cocinar, porque la verdad llegué cansadísima y con los pies molidos....asi que voy a dedicarme a descansar desde ahorita hasta el lunes....

Buen fin de semana y nos leemos luego.

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