miércoles, 10 de agosto de 2011

La dama en el lago

Esta foto la tomó mi buena amiga M. este verano, y muy amablemente me la prestó. Cool, ¿no? En el Alster.

miércoles, 3 de agosto de 2011

A dónde ir en Hamburgo: Primer destino corto: A.MORA

Una de mis mejores amigas en Hamburgo se llama Rezarta, y vive en Saint. Georg, a unos pasitos de la estación central (Hauptbahnhof). A veces voy a su casa y tomamos café, fumamos y chismeamos. Pero cuando el tiempo es bueno (cosa no muy frecuente por este lado del planeta) y hace sol, nos lanzamos a la calle a hacer exactamente lo mismo: tomar café, fumar y chismear, pero con solecito. ¡Y vaya que necesito sol! tengo un hermoso color verde de oficina que solo por un momento cambió a rojo, ayer, cuando vi las piernas de mi amiga perfectamente bronceadas, souvenir que  trajo de su más reciente vacación en Montenegro y otros destinos alrededor del mar Adriático.




Uno de los lugares que quedan cerca de su casa, y a mi juicio el mejor para tomar el sol y disfrutar de una de las más bonitas vistas que Hamburgo puede ofrecer, es A.mora. Es un café bar al aire libre que está directamente frente al Alster (el lago que se encuentra en el centro de la ciudad), y ofrece una vista de postal. Tirada, bueno, recostada en el camastro veía mis pies con las uñas pintadas de verde menta (lo único relacionado con el verano que se puede usar en estos días de clima raro). Un poco  mas allá los veleros, los cisnes con sus hijotes  aún grises, los niños de las escuelas de veleo con sus barquitos de velas de arcoiris seguidos por su instructor en lancha de motor, dos que tres equipos de regata practicando, y uno que otro cormorán buscando anguilas. En la orilla opuesta se ven algunas embajadas, y las casas de los verdaderamente ricos de Hamburgo, blancas entre montones de árboles. En el cielo, azul por excepción, se ve pasar la "Beluga" de Airbus en cámara lenta; realmente parece increible que una cosa tan grande y gorda se pueda sostener en el aire.




El servicio es como en muchos lados en la ciudad: no necesariamente maravilloso. Hay que ir sin prisa, porque pasan horas antes de que lleguen a ver qué va a ordenar uno. Las bebidas son totalmente normales, y los precios también (Hamburgo no es una ciudad barata). Pero la vista lo compensa todo. ¡Altamente recomendable! Y bueno, también se puede uno broncear un poco, aunque en mi caso fué más bien el lado izquierdo, y ahora traigo brazo de taxista...tal vez pronto regrese a asolearme del lado derecho, para emparejar.





Referencias: