martes, 13 de noviembre de 2012

Comentario a "Diez cosas que debes saber sobre Alemania"

 En Blogoterraqueo, de Rosalía Sánchez, leí la siguiente entrada y, a pesar de que no falta por ahí quien haya comentado que es una tontería llena de estereotipos, debo decir que a cuatro años de mi llegada, me identifico con más de un punto.
 
1. Alemania habla alemán
 
En Alemania se habla alemán, parece obvio, pero a menudo se minusvalora la barrera lingüística. Aunque hayas estudiado alemán, incluso aunque incluyas en tu curriculum un certificado B1 o, mejor aún, B2, tú no hablas alemán. Y lo sabes. Eso te lo pondrá muy difícil a la hora de integrarte en una empresa, en constante competencia. Para hablar alemán es necesario un proceso que requiere, además del estudio, tiempo de práctica y convivencia con alemanes. A esto hay que añadir la dificultad extra que presentan los acentos y dialectos de los diferentes Länder. Practicar alemán con los alemanes, además, no es una consecuencia automática de la convivencia. Puedes pasar semanas sin intercambiar más que escuetos saludos con tus compañeros del trabajo y tus compañeros de piso, que con toda seguridad intentarán dirigirse a ti en inglés o en español. Trabar auténticas relaciones en Alemania lleva años y el proceso de integración lingüística también. Debes estar preparado para un aislamiento prolongado.

2. Alemania es muy grande

 
También parece obvio que Alemania es muy grande, pero a menudo no somos conscientes de la enorme diferencia que hay entre vivir en ciudades cosmopolitas como Berlín y Hamburgo o en otras más ricas e industriales como Munich, Stuttgart o Düsseldorf. Estas últimas son las que más empleo ofrecen, están repletas de oportunidades, pero a menudo parecen muertas a partir de las 18:00 horas y soportan un caro nivel de vida. Las primeras, más atractivas y vitales, son las más pobres de Alemania, arrastran bolsas de paro propias y están ya saturadas de aspirantes. En Berlín hay un paro del 11,8%, en Munich del 3,8%. Son mundos diferentes.


3. Alemania está llena de alemanes

 
Seguramente contabas con ello, Alemania está llena de alemanes, pero no entenderás el alcance de las diferencias culturales hasta que no las sufras. Son honrados hasta la médula. Si te dejas abierto el coche en el centro de Berlín, y con abierto queremos decir abierto de par en par, los CD seguirán en la guantera cuando vuelvas dos horas después. Pero si aparcas incorrectamente ese mismo coche frente a tu casa, será posiblemente uno de tus vecinos el que llame a la policía para denunciarte. Te convertirás en un proscrito si no reciclas correctamente la basura, incluido lavar los envases de yogur antes de depositarlos en el contenedor para plásticos. Si tomas un café o cenas con alguien, pagaréis por separado. Se quitarán los zapatos cuando entren a tu casa y tú deberás hacer lo mismo en la suya. No soportarán que hables al volumen cotidiano en España, ni que cocines con ajo. El rescate a los bancos españoles nos ha convertido en un país europeo de segunda y percibirás que comienzan a tratarnos como a ciudadanos de segunda. Ya no les gusta alquilarnos casas y admiten con más dificultad a nuestros hijos en colegios privados. ¡Ah! Y no te perdonarán que no seas amable con perros y gatos, a los que no es extraño que demuestren más afecto que a las personas.


4. Alemania = burocracia

 
Nada más poner un pie en Alemania necesitas un Anmeldung, documento de registro que te pedirán para todo y que solicitarás en la oficina Meldestelle del Burgeramt, el ayuntamiento de tu distrito. También es necesario un Certificado de Libre Circulación (Freizügigkeitsbescheinigung), y para conseguir los documentos anteriormente citados necesitas tener una dirección y un contrato de alquiler. Para conseguir el contrato de alquiler necesitas la Chufa, una especie de certificado de tus deudas y solvencia, además de un certificado de ingresos (Einkommensbescheid). Para empezar a trabajar necesitas la Lohnsteuerkarte, registro en la Hacienda alemana, la Sozialversicherungsausweis y la Mitgliedsbescheiningung der Krankenkasse, que certifican que perteneces a una caja del Seguro Social y del Seguro Médico, y una Aufenthaltsbescheiningung gemäB 5 Freizügigkeitesgesetz, algo así como un certificado de residencia. Después de esto puedes ir a registrarte al Consulado. No sirve de mucho, pero ya puestos...


5. Alemania trabaja a la alemana

 
Alemania trabaja y España también, pero con culturas del trabajo completamente ajenas entre sí. Generalizando, los trabajadores alemanes no usan el teléfono de la empresa para llamadas personales, no utilizan el tiempo de oficina para pedir cita en el dentista o para charlar sobre el programa de televisión de la noche anterior. No hay pausa para comer de más de media hora. No se sale a fumar o a tomar café y muchas grandes empresas estipulan incluso en sus convenios la denominada Pinkelpause, o pausa para hacer pipí, que establece los minutos de duración y la frecuencia con que los empleados pueden ir al baño. Cumplen los horarios, lo que significa que salen de casa considerablemente antes si el pronóstico meteorológico es adverso, llegan sistemáticamente a menos cinco y se están poniendo el abrigo también a menos cinco, para salir por la puerta a la hora exacta, así haya que dejar en suspenso un proyecto de millones de euros. Las horas extra se pagan sin excepción. No hay prisas y no se espera hasta que se haya ido el jefe. Esto requiere una enorme planificación y anticipación. Tendrás que amoldarte.


6. Alemania, reserva natural de ingenieros e informáticos

 
En Alemania son especies protegidas: ingenieros e informáticos, en menor medida personal sanitario y estudiantes de formación profesional de ramas industriales. Si perteneces a uno de estos grupos serás bienvenido a este país y se te darán todo tipo de facilidades. Si además eres investigador en áreas avanzadas de energías renovables, reciclaje, química aplicada, nanotecnología o genética, te buscan como locos y seguramente varias empresas alemanas han contactado ya contigo tratando de seducirte. Pero si no formas parte de estos selectos sectores, estarás solo en la jungla del empleo alemán, donde no hay un salario mínimo legislado y donde personal altamente cualificado procedente de países como Polonia e India pone ya muy alto el listón de la formación y muy bajo el listón de los ingresos.


7. Alemania es bienestar

 
El sistema de bienestar social alemán sigue siendo un sueño en comparación con el resto del planeta, incluida España. Una vez entras en el sistema a través de un empleo estable, dispones de todo tipo de ayudas familiares, por ejemplo. Las madres dejan de trabajar 6 semanas antes de la fecha prevista del parto y las 8 siguientes al nacimiento con el 100% de su salario. A partir de ahí, la baja por maternidad dura un año y cobra el 67% del salario para padre o madre. Si la madre no ha trabajado antes, recibe 300 euros al mes. El Estado paga 184 euros por niño al mes, ingresados en cuenta corriente, y Merkel acaba de aprobar una subvención a familias que cuidan de los niños en lugar de llevarlos a la guardería, comparable a lo que le cuesta al mes al Estado una plaza de guardería pública. Si las cosas van mal, en un caso de paro prolongado, el Estado garantiza el derecho a vivienda, no de palabra, como en la Constitución Española, sino con subvenciones contantes y sonantes, además de derecho a calefacción e incluso tarjetas de ocio para menores de familias con bajos ingresos, que permiten a los niños pobres ir al cine, al teatro, a librerías...


8. En Alemania hay picaresca

 
En alemán no existe un término para traducir la picaresca y para referirse al género literario de El Lazarillo de Tormes hablan de Schelmroman, Novelas de pillos. Pero haberla, hayla. Ojo si llegas a trabajar al sector servicios, el más tocado. En Berlín ya hay casos de españoles que llegan buscándose la vida y pasan meses trabajando como camareros sin contrato y sin cobrar, desprotegidos por la ley. La forma de evitarlo es buscar empleo en Alemania a través de los Ayuntamientos o Comunidades Autónomas que han desarrollado programas para ello o a través de Eures. La Embajada española en Berlín dispone también de información fidedigna. Es mucho más arriesgado venir por libre.


9. Alemania está nublada

 
El frío de Alemania no supera al de Ávila, pero su déficit de luz sí. Durante los meses de invierno anochece a las 16:00 e incluso en verano el porcentaje de días plomizos, lluviosos o sencillamente grises es capaz de erosionar cualquier psicología. Los habitantes del Mediterráneo tienden a acusar especialmente ese déficit de luz. En Alemania, 10.021 personas se quitaron la vida en 2010. Otras tantas lo intentaron. Hay un suicidio cada 53 minutos y mueren más personas por voluntad propia que por accidentes de tráfico, homicidio, drogas o sida. Naturalmente, las causas no tienen que ver exclusivamente con el clima, sino también con la soledad, la presión social y la crisis. Debes hacer acopio de fortaleza.


 10. Alemania engancha

 
Si después de haber superado todas estas dificultades logras trabajar en Alemania y establecerte en este país, descubrirás algo con lo que no contabas: quieres quedarte. A pesar de la morriña y de los planes para volver, Alemania engancha y un día, sin darte cuenta, te encontrarás con que suples felizmente la falta de luz partiendo el invierno con un viaje al Mediterráneo o al Caribe, según tus ingresos, que la relación con la familia a través de Skype te resulta razonablemente satisfactoria y que te sientes realizado por lo mucho que te aprecian en tu trabajo. Ya no estarás dispuesto a prescindir de la seguridad de tu empleo, de tu pensión de jubilación y de tus inversiones, te sentirás al abrigo de un Estado fuerte y sostenible y no querrás prescindir de las garantías sociales. No te gustaría ya la idea de volver a una oficina en la que se pierde el tiempo en reuniones inservibles o con comidas de dos horas de duración, despreciarás las actitudes clientelares o pelotas, jamás esperarías ya a que se vaya el jefe para irte a casa si ha terminado tu horario laboral... La lengua alemana habrá dejado de ser un problema y habrás hecho amigos alemanes, generalmente un tipo de amistad sin muchas alharacas, pero profunda y duradera, de los que no querrás separarte. Y si has tenido hijos, desearás para ellos que crezcan hablando alemán. Como religioso contribuyente, comenzarás incluso a criticar que el fisco alemán destine tus impuestos a rescatar gobiernos corruptos del sur de Europa. Y un día, te sorprenderás a ti mismo tarareando una canción de Grönemeyer mientras conduces, en una ciudad sin atascos. Ese día, estarás perdido.


Fuente: "http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/blogoterraqueo/2012/11/12/diez-cosas-que-debes-saber-sobre.html" con acceso el 13 de noviembre de 2012.

jueves, 16 de agosto de 2012

PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN


Desde hace un tiempo he notado que mi dominio del idioma alemán sigue sin poderse llamar dominio. Y no solo eso, se me han olvidado tantas cosas que la idea del Alzheimer empieza a rondarme, más o menos en serio. Lo peor es que ya no puedo culpar al hecho de que acabo de llegar, porque en diciembre voy a cumplir cuatro años viviendo en Hamburgo, porque hice un curso intensivo durante un año, y porque en la universidad escucho y entiendo clases en alemán. Hablo y escribo, pero cada vez que lo hago me desespero, porque no encuentro la expresión adecuada, porque me equivoco en las declinaciones, y porque se me olvidan hasta las palabras de uso común. Además traigo todo un fandango mental entre el susodicho idioma, el inglés, el español y el portugués que comencé a estudiar recientemente. Noto como me aferro a mi hermosa lengua materna, y al portugués por ser su primo, como se me va olvidando el inglés que antes no era problema, y como me limito a hablar alemán solo en caso de urgencia extrema.

He estado pensando en la razón por la cual me es tan difícil hablar en alemán, y creo, la verdad, que es por que no me gusta, así de fácil: me parece que la gramática es innecesariamente complicada, y no es un idioma muy melodioso que digamos. Claro que ese es solo mi punto de vista, pero al final es lo que cuenta para tener los resultados que he logrado...que no son muy alentadores que digamos. Otro factor importante es mi miedo a equivocarme...tontamente pienso que todo lo que diga debe ser perfecto, luego noto el error y me paralizo. Lo sé, debo soltarme y hablar aunque sea con errores, que con la práctica irán desapareciendo. También se que es importante hablar aleman en casa, no español. En fin, tanto por hacer, y no encuentro la energía...Seguiremos informando...


jueves, 22 de marzo de 2012

GENTE "DE MUCHA OPINIÓN"



¿ Será que me estoy haciendo vieja, y por lo tanto intolerante como aquellas tías ya mayores que existen en cada familia y que nos cansan con sus necedades?¡ Quién sabe! ...pero espero que no. El caso es que me he vuelto especialmente sensible a las afirmaciones prejuiciosas y muchas veces ignorantes de mis conocidos  (bueno, mas bien de mis conocidas, por eso de que a las mujeres se nos facilita más eso de la opinión, tal vez por el hecho de que hablamos más) contra grupos, países, religiones y personas. Y entonces viene el inevitable prejuicio de mi propia cosecha: “me choca la gente estúpida”. Es “políticamente correcto” soltar alguna barrabasada de vez en cuando, porque finalmente todos, unos más que otros,   tenemos en alguna parte de nuestro yo interior ese gusanito que nos impulsa a tratar de hacernos superiores o más interesantes ante los ojos de los demás, y así convencernos a nosotros mismos de nuestra valía...pero, por favor, ¡ todo en su justa medida!
Estoy pensando seriamente en ver menos a una amiga mía...la primera que conocí a mi llegada a Alemania...Y digo ver menos porque la quiero, no es como quitarse un par de calcetines. Pero hace unos días caí en la cuenta de que cada vez que hablo con ella, la mayor parte de lo que hace es quejarse de los demás, especialmente de los alemanes, y sobre todo, de las alemanas. Como mínimo he escuchado unas veinte veces que tienen caderas inmensas...y lo peor es que después de tan fructíferas conversaciones me he sorprendido a mi misma viendo las caderas de las mujeres en el metro, a riesgo de que me tomen por “stalker”, para ver si  la afirmación de mi amiga refleja la realidad (hasta ahora, he visto caderas de todos los tamaños, como en todos lados). Y no es el peor de sus comentarios, pero los demás prefiero no publicarlos.  Creo que no es necesario aclarar que mi amiga NO es alemana, sino de algun lugar de Europa del este, emigrada a los Estados Unidos y traída “a fuerza” porque se casó con un alemán. Después de tres años de vivir acá, apenas decidió empezar a estudiar alemán, porque creo que siempre consideró que los demás tienen la obligación de saber inglés. Al final del día, creo yo,  es uno mismo el que más se perjudica cuando se carga de prejuicios en contra de la gente del país donde uno vino a vivir, no se integra, se aísla, no conoce y por lo tanto no disfruta lo bueno que el país también le puede ofrecer.  Aclaro que mi concepto de integración en un país diferente al propio, no implica renunciar a las propias raíces y cultura, sino más bien combinar todo en una multiculturalidad enriquecedora, y más tolerante ante las diferencias. Obviamente hablo de mi experiencia muy pero muy personal...tal vez en veinte años sea yo una crítica recalcitrante del alemán promedio.

No digo que los alemanes estén libres de pecado...también he escuchado conocidas alemanas  aqui en Hamburgo, que se preguntan indignadas por qué en tal o cual supermercado permiten a la cajera musulmana llevar cubierta la cabeza con un “Kopftuch”, y por tampoco se explican por qué hay tantos turcos en Hamburgo.  Si en todos lados se cuecen habas ¡cómo no! U otra que conozco, de Estados Unidos, también inmigrante por matrimonio en Hamburgo, que también es amiga mía y la quiero muchísimo: a ella la escuché la otra noche comentar indignada que el español no debería  tener tantas palabras de origen árabe porque los árabes viven gobernados por una religión deplorable y ese vocabulario entró a formar parte del español por los nueve siglos de dominación musulmana en la península Ibérica, no por voluntad de los espanoles. Entonces, me pregunto, ¿qué hacemos? ¿Las dejamos de decir para darle gusto a mi amiga “gringa” que ni siquiera sabe español pero se atreve a criticarlo como si fuera fundadora de la Real Academia? 

Aparte tendemos a dar nuestras opiniones como si fueran las únicas válidas y comprobadas por los más reconocidos expertos. Hasta ahora, en el nombre de una convivencia civilizada, dejo pasar estos comentarios sin meterme en demasiada polémica, porque ya sé que no voy a convencer a nadie de que viven en la obscuridad, pero últimamente si se me ha salido uno que otro “muy respetable tu opinión, pero yo pienso diferente”. Y bueno, la verdad es que ir a tomar café con una persona, sabiendo exactamente de qué va a tratar la conversación, contra quién o quienes van a ir los comentarios, y así sucesivamente,  cansa de solo pensarlo. Y luego está la lucha interior con el  sentimiento de culpa que le viene a uno por albergar tan malos pensamientos en contra de esas personas, porque repito, se trata de gente que aprecio porque han sido buenas conmigo y  han estado ahí para mí cuando las he necesitado. Por eso hablo de “limitar”, no de dar por terminadas las relaciones, porque a este paso ¡de plano me voy a quedar sin amigos en Hamburgo!

miércoles, 21 de marzo de 2012

LA VIDA VA

Hace ratito, como buena feisbuquera disciplinada, me metí a mi Face a chismear a los demás, que lo mío ya me lo se. Y chismeando chismeando, me encontré un enlace que puso uno de mis amigos, a los podcasts de Guillermo Ochoa, y "la vida va"...Por allá del 2001, cuando era yo una adolescente (por lo menos mentalmente lo era!) lo escuchaba todas las mananas en mi casa de Penitas en Querétaro, mientras me preparaba para irme al trabajo...Ah! no cabe duda que recordar es volver a vivir!...ahi les dejo el link:

http://lavidava.com.mx/cmai/2012.html

Alex, una vez más: Gracias por hacerme el día!

martes, 20 de marzo de 2012

Mi futuro laboral

Alguien tiene idea de a que se puede dedicar un Bachelor of Arts, con especialidad en Filología Hispánica y Estudios Latinoamericanos? Yo, no mucha, pero por lo pronto me divierte mucho estar nuevamente en la universidad...aunque creo que debo empezar a planear mi futuro laboral en un tiempo mas o menos corto...que nervios!